Gracias a todos por vuestra mirada.

martes, 1 de septiembre de 2015

La lluvia

Cuando alguien ha sufrido tanto
como sufre la madre que ha perdido a su hijo,
se merece en esta vida todo lo mejor.
Nada jamás compensará los días vestidos de luto,
quien dice los días, dice el corazón.
Sólo puede caber dolor,
ni un ápice de esperanza en lo que ya nunca será.
Y sin embargo, hasta los rastrojos
son capaces de crecer entre las piedras,
hasta el cactus sobrevivir en el desierto.
Así es la vida de sabia y de imprudente.
Llueve. Hace años que llueve
y siempre detrás de los cristales.
Creo que va siendo hora de salir a mojarse,
de dejar que la lluvia borre todas las penas
qué la lluvia, qué tú.

2 comentarios:

Oscar Néstor dijo...

Mi mirada está pendiente de la vida porque me gusta.Cuando hay buenas letras que la describen me colma. Es entonces que quedan palabras y se suelta la pluma para aumentar los poemas.Cuando llueve pasan tantas cosas, poeta!La lluvia enciende el sexo de las flores y el de los humanos también. Moja sitios donde hemos transitado al amor.

Cacho Galan

La Solateras dijo...

Precioso y real, Carmencita. Me doy por aludida de principio a fin. Sin embargo "hasta los rastrojos
son capaces de crecer entre las piedras". Me he emocionado.

Te quiero