“Me hago responsable
de lo que digo, y no
de lo que usted entienda”.
Se necesita tiempo para matizar las palabras,
teñirlas del color de mis ojos,
soplar el polvo que las cubre de ausencia y de nostalgia,
desnudarlas de pudor
y mostrarlas ante tus ojos tal y como nacieron.
Tal vez así, podamos decir
que significan lo mismo,
al menos en su esencia,
al menos en ese tan necesario “a veces”.