Gracias a todos por vuestra mirada.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Resistir


Resistir es todo cuanto me va quedando en los bolsillos.
Resistir al saqueo de los sueños,
a las noches arrancadas de sus lunas,                   
a las estrellas fugaces
fugadas con todos mis deseos.

Resistir es todo cuanto pido
al tiempo detenido en los relojes,
a los cielos grises que inundan mi memoria
y a la desmemoria que amenaza mis recuerdos.

Resistir a las mareas que me arrastran mar adentro
al horizonte alejado de su orilla,
a la lluvia empeñada en llover sobre mojado.

Resistir a toda costa. Con uñas y dientes,
con las alas rotas y los huesos quebrados.
Resistir es la consigna de un nuevo amanecer
que aún duerme en brazos del ocaso.



jueves, 20 de diciembre de 2012

Ensayo de una sonrisa


Nunca creí que pudiera pronunciar las sílabas de tu nombre sin que temblara mi pensamiento. No creí que llegaría el día que dejara de tragar lágrimas y me sobrecogiera el deseo de ensayar una sonrisa. No creí posible olvidarte siquiera un minuto y dejar de llevar la cuenta. Creí que el dolor era para siempre, como el amor, como el olvido.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Rendición


 Me rindo. Me rindo a la evidencia. Me rindo con los ojos abiertos y los brazos levantados al cielo. Me rindo con todos mis besos por estrenar y mis sueños muertos.  Me rindo con todas mis heridas abiertas y la sangre aún fresca. Me rindo ante mi corazón enemigo y la voluntad quebrada por el tiempo. Me rindo para que no vuelva a tragarme la luna llena y volver a ser prisionera del viento. Me rindo en un otoño gris que ya parece invierno. Me rindo antes de perder la poca fe que me queda.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Rendición


 Me rindo. Me rindo a la evidencia. Me rindo con los ojos abiertos y los brazos levantados al cielo.. Me rindo con todos mis besos por estrenar y mis sueños muertos.  Me rindo con todas mis heridas abiertas y la sangre aún fresca. Me rindo ante mi corazón enemigo y la voluntad quebrada por el tiempo. Me rindo para que no vuelva a tragarme la luna llena y volver a ser prisionera del viento. Me rindo en un otoño gris que ya parece invierno. Me rindo antes de perder la poca fe que me queda.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Nada es urgente


 "No siempre lo urgente es lo importante"
                      (Fito & Fitipaldis)

 Ya nada es urgente. Me entretengo deshojando pétalos azarosos de margaritas siempre impares. Ya nada es urgente. Aprendí en los brazos de la espera, a esperar nada, a fumar más cigarrillos de la cuenta, a dormir menos horas, a tragarme los sueños en una copa. Ya no tengo urgencias que no puedan esperar agazapadas bajo los pliegues de mi falda.  Ya no tengo prisas. Sólo un deseo doblegado a la tristeza, unos pies cansados de andar por arenas movedizas, una piel cicatrizada que ya no duele. No hay prisa, la vida como la muerte, tiene su propia medida de lo urgente.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Origen


Vuelvo a mis orígenes con unas cuantas cicatrices y un corazón remendado con hilo de hilvanar. Vuelvo desde el final de un principio inacabado, de un viaje sin destino, de un anochecer que olvidó despertar cuando amaneció el mundo. Vuelvo con los restos de un naufragio donde se ahogaron todos los sueños que quedaron por soñar. Vuelvo con mis ojos desempañados y empeñados en volver a mirar un arco iris improvisado, una luna a la mitad, o una puesta de sol anclada a la orilla del mar.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Un lugar sin nombre


(Poema perteneciente a la Antología VII Encuentro Poetas en Red)

He visto entre mis ojos
-o entre los tuyos, las miradas se confunden
en ese breve espacio/tiempo-,
el horizonte inalcanzable de los sueños,
el arco iris estallando en mil colores
y la sombra alargada del recuerdo.

He visto entre tus ojos
-o entre los míos-,
la estela inconfundible de un delirio,
el abismo que alberga la última esperanza
antes de darse por vencido.

He visto en el filo de la noche
ese lugar sin nombre
al que se llega profanando los caminos.
Ese lugar donde la luna se estremece
en mitad de un sueño perdido.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Es inútil


Es inútil pedirle al cielo que deje de llover, pedirle al mar que se retire de esta orilla donde las olas se empeñan en morir.  Es inútil pedir al aire que se ponga de tu parte.  Inútil rogar al silencio que se calle. Es inútil pedirle al diablo que te devuelva la esencia de las flores,  el elixir de un vino a media noche, las dudas que consuelan a las verdades. Es inútil, lo sé. Tan inútil como soñar que estás despierto mientras duermes.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Madrid 1.936 - 2.012

Quiero dedicar estar entrada a mis padres de los que me siento tan orgullosa por todo el amor que han sabido darme, y porque sabiendo lo que es carecer, supieron ser generosos. Y porque Madrid vuelve a arder, y ya no hay pueblo al que regresarse.

No vi arder Madrid en el año treinta seis.
No vi sus casas saqueadas
ni  sus estómagos hambrientos
a la espera de un plato caliente.

No vi cómo se llevaban a los hombres
a dar el paseíllo,
ni los milagros que mi madre me contaba
cuando mi abuelo escapó de la muerte
camino al paredón de los valientes.

No viví esa guerra que mi padre
relataba en sobremesa
cerrando sus ojos azules,
mientras recordaba a su hermano
muerto de miedo,
luego muerto del todo.

Me asustaban las historias
de los niños escondidos en los campos
y sus padres en campos concentrados.

A veces soñaba con ser mayor
y librarme de los miedos que asaltaban
a un balón rodando por las calles
o a una muñeca de trapo.

Lo que nunca me contaron
-porque la Historia sólo se cuenta
a toro pasado-,
fue que volvería a hacerme niña
en la carne propia de mis hijos.

Toca volver a luchar por ellos,
y por los hijos de sus hijos.
Ya no vuelan cometas en el cielo
ni se oyen risas en el mar.

Vuelven a sonar sirenas,
-y como entonces-
como siempre pasa en la guerras,
se perderá la infancia de los infantes,
se romperán corazones a medio dibujar
en los troncos de los árboles.

No quedará tiempo para ser joven
ni tampoco tiempo para ser viejo.
Madrid arde, puedo olerlo.

Vuelvo a tener los diez años de mi padre.



lunes, 5 de noviembre de 2012

El vértice de una lágrima



Llegará el día en que mis ojos puedan volver a llorar
las lágrimas guardadas en el fondo del cajón,
junto a las tarjetas de visita, de gente
que hace años dejé de visitar.

 Se deslizarán de entre la ropa
que vestían  cuando todavía eran sonrisas,
y resbalarán por otros tiempos
donde llorar aún servía para cicatrizar
la piel arrancada de las caricias.


Se descolgarán de la percha una noche,
y no me servirá prender la  luz,
ni alzar el volumen de la música,
ni leer poesía o escribirla,
para esconderlas entre sus páginas.

 Se desbordarán de la copa de vino
que me bebo de un solo trago
para anestesiar la vida,
y llorarán para devolver a mis ojos
la mirada arrancada de su lágrima.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Tu ausencia

No me perdonan estas paredes

impregnadas de tu ausencia,

ni el suelo que pisaron nuestros pasos

sin cruzarse en sus tablas de madera.



Habita bajo las tejas

un fantasma de tristeza

-clandestino polizón-

ilícito heredero de tus risas

embaladas en cajas de cartón.



No me perdona el aire que respiro.

Todavía puedo oler

el aroma de tu sueño

velando la madrugada a tientas.



El reloj marca una hora equivocada

en su esfera circular.

Sus agujas olvidaron detenerse

en el tiempo necesario para hablarte.



Tendré que inventarme otro lenguaje

que pueda prometer cielos azules

y dibujar estrellas que iluminen

el mar oscuro de tus noches.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Maldiciones


Malditos sean todos los miedos
adheridos a mi piel
y mi sonrisa de Gioconda
despojada de su risa.

Malditos los versos dibujados
en lunas de papel
y los rescoldos de una hoguera
condenada a ser ceniza.

Maldito también el viento
que conspira contra los sueños,
y las distancias que distancian
el amor de la memoria.

Malditas las sentencias de martillo
que golpean en la sien
y te arrojan al mundo de las sombras.

Maldita muerte que no muere
empeñada en  sobrevivir
de entre todas las ruinas.

Malditos los naufragios
que ahogan todos los destinos
y te dejan naufragando a la  deriva
en un mar sin horizonte y sin orillas.

domingo, 12 de agosto de 2012

Adivina adivinanza.

No suelo dedicar ninguna publicación, pero como el hijo pródigo está de vuelta, don Santiago Bosco, hoy es fiesta. Y porque el blog, siempre me resultó y me resulta un espacio más íntimo para comentar. Besos de verano a todos mis amigos blogueros.


Es ingrávida. No pesa. Se podría decir incluso que lo resta. Es de género femenino según la Real Academia, nada tiene que ver con ser mujer. Cuando te agarra por los pies no te suelta, y mientras se adueña de tu ser, toda tú, todo él, transpira un sudor frío y distante. A veces incluso llega a ser lágrima. Luego pasa, casi siempre pasa antes o después, ésa es la esperanza. Y cuando pasa, se vuelve a sonreír. ¿Qué es?

jueves, 19 de julio de 2012

Pies de Cenicienta


A veces la soledad es tan grande
que no cabe en la palma de la mano,
y se escapa por la yema de los dedos,
por el borde de los ojos,
por la comisura de los labios.

A veces es tan grande
que escapa a otros cuerpos,
y lo inunda todo de caricias y de besos
que huyen del ombligo
y toma cuerpo de mujer.

Luego vuelve a caber toda
en un puño cerrado,
dentro de una lágrima,
o en una caja de zapatos,

—sin pies de Cenicienta—.

jueves, 5 de julio de 2012

El olvido


He andado el camino que lleva al olvido.
He caminado por sus guijarros descalza
y soportado sus largos inviernos sin abrigo.

Es un camino de espinas sin rosas,
sin aromas en el aire,
sin orillas y sin metas.

Es un camino lleno de sombras peregrinas
solitario y oscuro, sordo, mudo.
Todo lo cotidiano es insólito,
tragar saliva, mover un pie detrás de otro.

Cuesta muchos pasos
olvidar los días de destierro
que fueron enterrando
todo cuanto fui, cuanto puede haber sido.

Enterrar las lunas llenas
y los amaneceres más oscuros.
Enterrar todas las mentiras
y todas las verdades.

Cuesta devolverle la sonrisa
al rostro, y perdonar al olvido
de todos sus recuerdos.

domingo, 1 de julio de 2012

El espejo invisible

Quisiera  ser por un rato el mimo obediente en el espejo. Poder intercambiar los perfiles y sorprenderme con un guiño anticipado. Desnudarme de la ropa sin pudor, y esperar otro gesto que imitar  sin oponer resistencia. Y quedarme  así dormida por un rato, en ese lado invisible del espejo.

martes, 26 de junio de 2012

De corazón


Ya no gasto palabras. ¿Para qué? Sé de sobra que las palabras no son sino un asidero, algo a lo que sujetarse cuando el amor se ausenta. Es como intentar agarrarte a una rama que se dobla, a una piedra que se precipita en el vacío, al verbo sin predicado ni sujeto. Las palabras lo enturbian todo. Igual da que sean necesarias o que no lo sean.  Siempre termino hablando con el corazón.




domingo, 17 de junio de 2012

El ratón y el gato



Entretengo al pensamiento
con trozos de chocolate,
con retazos de libros,
con paseos interminables
que llevan a ningún sitio.

A veces lo entretengo
con algo que no sean las noticias,
y me permito por un rato
respirar el olor de la utopía,
el color que debe tener un amanecer
tras un insomnio prolongado.

Otras, las menos,
lo engaño pensando en imposibles;
juego con él al ratón y al gato,
y hasta alcanzo a tocar la luna
con mis dos manos.

miércoles, 16 de mayo de 2012

"Digo vivir"

Queridos amigos:

No es la primera vez que debo ausentarme por un tiempo, pero antes, como siempre, quería deciros un hasta luego, y siempre gracias por acompañar mis letras y enriquecerlas con vuestras miradas. La vida a veces se complica y España no va bien.

Os deseo a todos una feliz primavera, o lo que va quedando de ella y un mejor verano.

Un beso continental y un beso transoceánico.

Aquí os dejo con un poema de Blas de Otero.

“Digo vivir”

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.

(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)

Digo vivir, vivir como si nada

hubiese de quedar de lo que escribo.

Porque escribir es viento fugitivo,

y publicar, columna arrinconada.

Digo vivir, vivir a pulso, airada-

mente morir, citar desde el estribo.

Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,

abominando cuanto he escrito: escombro

del hombre aquel que fui cuando callaba.

Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra

más inmortal: aquella fiesta brava

del vivir y el morir. Lo demás sobra.





jueves, 10 de mayo de 2012

Tristeza a secas



La tristeza siempre viene de la mano

de un niño sin zapatos,

de un anciano sin sonrisa y sin pasado

sentado al sol en una silla.



Es amiga inseparable

de la madre que llora por su hijo,

de los náufragos sin orilla

naufragando en sus pateras.



La tristeza es un corazón desahuciado

que recorre las calles con su hatillo

haciendo malabares con sus penas

o vendiendo su sexo en las esquinas.



La tristeza es la bala que fusila

el paredón de la justicia.

Es la lista interminable

de los horrores de la guerra,

es el cheque que paga todas las pistolas.



Tiene sus ojos llenos de moscas

y los pezones secos, y la garganta llena de tierra.

Es la tumba en la cuneta

sin nombre ni apellido,

es el último latido en el reloj

señalando la hora última.



La tristeza son muchas manos atadas a la espalda,

ladrillos de mentiras y hombres sin palabra

-y sin conciencia-.



La tristeza es un planeta sin fronteras

por más que levantemos alambradas de púas

o murallas de piedra.












sábado, 28 de abril de 2012

Sombra sin cuerpo


El viento sopla  y pasa de largo,
los trenes no paran en su estación,
los lunes no tienen domingos,
los otoños llegan sin verano,
las sombras vagan sin cuerpo,
los peces son el anzuelo,
los espejos se han quedado huérfanos.
-Sobrevivir parece un sueño.-





lunes, 23 de abril de 2012

Carpe diem sin después.

Antología VI Encuentro Poetas en la Red.


Un poema de amor ha de tener la dosis justa de erotismo
capaz de desnudar al cuerpo de su carne.
Tiene que atreverse a escribir palabras sin adornos
ni manidos versos - que cada vez quedamos menos tontos-.

No se puede timar al amor con rimas asonantes sin entrañas
por más ortodoxo que sea el romance.
Un poema de amor es un diamante de palabras
que pueden cortarte hasta el aliento
o seccionarte el corazón en dos mitades.

Cualquiera puede intercalar en sus estrofas
un puñado de lunas o un manojo de flores,
pero sólo los grandes poetas pueden nombrar “la cebolla”
y crear un poema justo después del carpe diem.



sábado, 7 de abril de 2012

Pecado de omisión


El pecado de omisión se parece mucho
al pecado de no hacer nada productivo con las manos,
como si fueran unos simples adornos colgando de los brazos.
Como los besos que no han besado
o las culpas que no se han perdonado.
Se parece también a las mentiras que no se cuentan
o a las verdades contadas a medias.
Los pecados de omisión siempre me produjeron
una especie de escalofrío a lo largo de las vértebras,
como si fueran las cuentas de un rosario.
Parece un pecado venial, y sin embargo, a mi se me antoja
la semilla sin germinar de casi todos los pecados.

martes, 3 de abril de 2012

Loca



No hay mayor locura
que pretender pasar
por una loca cuerda,

vivir al borde de un precipicio
ver el mar en una botella
contar las olas en una caracola

poner nombre a los fantasmas
y jugar con ellos al parchís.
Tratar de distinguir los colores
viviendo en el mundo de las sombras.

jueves, 29 de marzo de 2012

Deudas pendientes


“No llevo la cuenta al día, Pero sé muy bien
Hasta dónde alcanza mi deuda.”

Le debo a Cenicienta un reloj sin hora,
mil y una noche más a Sherezade,
una manzana inocente a Blancanieves,
unos gorros a los duendes,
y escobas nuevas a las brujas.

A Rapunzel le prometí unas escaleras
y a las sirenas, otras melodías.

A las hadas no les debo nada.
A Pinocho,  tampoco.
Pero a su Pepito Grillo,
que intuyo es el mismo que el mío,
he de comprarle sin falta, otro cuaderno
que por algo es el contable de las conciencias.

sábado, 17 de marzo de 2012

Desafío


Juego al escondite con la muerte
tratando  de esquivarla en cada esquina.
Desafío al dolor que se cuela por mis muelas
y se hace el dueño y señor de todas mis neuronas.
Desafío a la magia que esclaviza con  hechizos
y con cantos de sirena.
Al accidente de tráfico escrito en las palmas de la mano,
al número de hijos que llegan sin aviso
engendrados en el trébol de la suerte.
Al gato negro que cruza la calle,
a la ciencia para no hacer de conejillo,
a las frases lapidarias que nacen del ombligo
y se instalan en tu espalda,
a los zapatos de tacón
intentando mantener el equilibrio.

domingo, 11 de marzo de 2012

Vagones sin retorno.

A todos mis recuerdos y a todos los que están por venir.



No sé cuántos años tenía exactamente.
Podría decir una cifra cualquiera,
o cualquier otro número aproximado
a los desayunos de domingo llenos de sorpresa.

Podría escribir  el número con  letra:
 “Adiós definitivo a los juegos de muñecas,
a los brazos del sofá cabalgando por el bosque
entre cuatro sillas y una mesa."


Podría fijar una fecha de aniversario
el día que se bajaron del carrusel
mis sueños de princesa.

Hablar del cumpleaños de aquella tarde,
cuando descubrí  que el mundo
no se recortaba con tijeras
ni estaba dentro de una tarta.

Fue un mes de otoño, eso seguro.
Atrás quedaban las vacaciones en el pueblo,
los besos de la abuela,
los inviernos sin estufa.


No sabría decir cuántos años tenía exactamente,
pero se parece mucho
al número de vagones sin retorno.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Ignorancia



Ignoraba que los problemas fueran tan propios
como las huellas dactilares o el iris de los ojos.
Que los problemas ajenos no fueran nuestros,
siempre de otros.

Que una casa resultara  más beneficiosa
si la gente duerme a la intemperie
sin techo y sin paredes
aunque desluzcan el paisaje.

Que dar cobijo ya no fuera un valor
si no contabiliza en el IBEX 35
-requisito indispensable -

Que la comida se comprara
a las puertas del mercado
con nocturnidad y alevosía
para ocultar en lo posible
la cara oculta de la miseria.

Que el sudor de la frente
Ya no fuer suficiente
para ganarse el pan de cada día.

Ignoraba que el corazón pudiera ser de hojalata
y pudiera vivir fuera de los cuentos de Oz.
Que la muerte pudiera ser colateral
y la medicina un privilegio
sólo apta para enfermos con dinero.

Ignoraba que la educación
fuera la principal sospechosa
de atentar contra lo humano y lo divino.

Que los gritos de los pueblos
pudieran verse en cine mudo
como se mira una película de Charlot.

Que la justicia fuera de papel mojado
y que existieran paraísos fiscales
donde no existe el hambre, ni la sed.
Ni la decencia.

viernes, 27 de enero de 2012

Bajo la almohada

Siempre me gustó contar cuentos...


Fui ahorrando bajo el colchón
todas las sonrisas que encontraba,
cuando al acabar el día,
aparecían por debajo del sofá,
asomadas a la ventana,
o esperando en un diván.

Guardé bajo la almohada también
los besos que no daba,
y les contaba cuentos de su destino
para que soñaran con angelitos negros:

“Galopaban a lomos de un caballo
en busca de quien quisiera cambiar
sus tesoros por los suyos.

Los había de todos los colores y sabores.
Azules como los océanos,
verdes como los tallos verdes,
naranjas que yo llamaba “amaneceres”.

Violetas como las violetas africanas
como las lilas perfumadas.
No diré “rojo pasión”, porque el rojo
está reservado al ganador."

Y así viajaban los besos desde la almohada,
a lomos de un caballo alado,
A lugares imposibles.
Y se sumaban a sus filas
las caricias rezagadas
en el quicio de la puerta
y el deseo que jugaba a ser niño
con los besos de colores,
-infatigables compañeros-.

Y parecían de pronto, todos juntos;
las caricias y los besos y el deseo,
un ramillete silvestre
como el del novio cuando acude
a la primera cita de su vida.

Y no diré “colorín colorado…”
porque este cuento no se ha acabado.


jueves, 19 de enero de 2012

Adolescente.

 P.D. Es que al arbolito de Navidad ya se le cayeron las 2012 uvas...

Adolescente

No volveremos a ver amanecer juntos
Ni compartiremos más miradas secretas
Para decirnos te quiero, te espero...

No subiremos calle arriba calle abajo
sin importarnos dónde estamos.

No te quitarás la chaqueta para cubrir mis hombros
Ni yo te diré “tengo frío”  como la excusa perfecta
para  arrimar mi cuerpo al tuyo.

Tampoco desayunaremos el mismo café
Ni comeremos los mismos garbanzos.

No dormiremos abrazados.
Y sin embargo,  no dejaré de ser adolescente
por más que se empeñen los años.