Gracias a todos por vuestra mirada.

miércoles, 26 de julio de 2023

Ahora o nunca

 Es para mí una alegría compartir en este blog en el que comencé a escribir mis primeras prosas poéticas,  el primer premio de poesía "Manuel Vázquez Montalbán" que me concedieron en abril de este 2023. ¡Va por todos vosotros! Por todos los que con vuestros comentarios más elaborados y profundos que lo que ahora se estila en facebook, me trajisteis hasta aquí. Gracias de todo corazón.

Hay que combatir a la tristeza,
echarla a puntapiés de la cama,
sacudir las sábanas de viejos sueños
y cambiarlas por ropa limpia sin estrenar.
A la tristeza hay que obligarla
a mirarse en el espejo
para que contemple la lividez de su rostro,
el rictus obsceno de su frente,
sus labios secos que hace ya años
olvidaron sonreír.
Hay que escupirle a la cara
todas las arrugas marcadas a fuego,
por amores que solo sabían mentir.
Combatirla cuerpo a cuerpo,
pena a pena,
llanto a llanto.
Sacarla de debajo de las uñas
aunque duelan,
aunque sangren.
Arrancarla de los ojos si fuera necesario,
hasta que no quede ni una sola lágrima por llorar.
La tristeza nunca se dará por vencida,
nunca te concederá una tregua
por más que te lo jure sobre la biblia.
Pero no podemos rendirnos
ni dar la razón a la muerte,
ni quedarnos quietos
mientras nos devora las entrañas.
Solo queda salir a la calle,
doblar todas las esquinas,
cruzar todos los puentes,
admirar una flor
que nace entre las piedras,
detenerse a contemplar el sol
sin miedo a convertirnos
en vampiros de la noche.
A la tristeza no hay que darle de beber,
ni desearle buenas noches,
y mucho menos,
hacerle un sito en nuestra cama.
A la tristeza hay que matarla con besos,
con primaveras,
con vinos entre amigos,
con noches de bohemia,
con cielos improvisados,
con pasión y con lujuria.
Con ella no valen los pactos,
es ahora o nunca.

miércoles, 15 de junio de 2022

Nuevos horizontes

 “…No tengo más patria que tu cuerpo,

más bandera que el tono de tus ojos

más religión que el santo de tu nombre 

ni más ideología que amarte “

                                                                 -Ana Montojo-

Miro tus ojos y una tristeza antigua que no sé si es tuya o mía, se diluye como un azucarillo en el café. Y brota agua de una fuente seca, y brota vida de una piel muerta, y la música que me hacía llorar, se convierte en una danza desnuda ante esos ojos enigma pasión, verdad y fe. Y oigo mi voz pronunciar  palabras de amor sin quebrarse y en mi boca solo hay besos y mis pies se sincronizan con tus pasos. Y me abres puertas y ventanas para contemplar juntos nuevos horizontes sin soledades impuestas, sin gritos de angustia o de rabia, sin juicios ni prejuicios, sin más meta que nuestros cuerpos amaneciendo para amarse.

miércoles, 8 de junio de 2022

Perseidas

 Dibujas cabellos de oro

flotando en el aire

y una piel blanca 

sobre el lienzo del ocaso 

que borra todas las manchas de la edad.

Inventas un corazón puro 

ajeno al enemigo 

y unas manos como pétalos 

a punto de florecer.

Y creo ver en tus ojos 

una mujer distinta 

a la que miro con recelo 

en el espejo de mi habitación.

Una mujer que ha olvidado 

a todos los amantes

que alguna vez la amaron

y a los que ella amó.

Y quisiera ser ella 

y dormir cada noche en tus sueños 

y despertar en tus brazos 

y saberme yo.

Ser sin vértigo 

sin miedo a la caída 

con las alas desplegadas

para alzar el vuelo 

allá donde dibujes 

un cielo de perseidas

o cualquier otro cielo que inventes 

o nos invente.




lunes, 4 de abril de 2022

Latido

 

No existe un hombro lo suficientemente grande

donde poder llorar todas las penas.

 

Quisiera arrancarme el corazón

y sentarme a llorar como la niña

que cree que tras el llanto

siempre llega la caricia.

Pero las lágrimas son ahora

cristales clavados en la boca del estómago,

en la garganta,

en la sangre bombeando

a doscientas pulsaciones por minuto

-para morir al instante siguiente-.

Y no llega el llanto,

y ya no soy la niña,

y ya no soy el rostro de la mujer

con la que soñé tantos años.

Quisiera estrujar mi corazón y desangrarlo,

ver cómo chorrea la tristeza,

apretarlo entre mis manos

a modo de venganza

vaciarlo por completo de su sangre.

Que no recordara nunca que ha amado,

que olvidara por fin

que fue latido.

lunes, 20 de septiembre de 2021

El refugio

 


A veces una recurre a los más absurdos argumentos para tratar de dar vida a lo que ya está muerto. Cierra los ojos y se tapa los oídos, igual que hacen los niños para ponerse a salvo de los monstruos. A veces, alguien pregunta por lo obvio, como el que pregunta si lloverá esa noche, cuando el cielo está de tormenta y se escuchan los primeros truenos. Ella, entonces, despliega su sonrisa sempiterna en respuesta a todas las preguntas. Ni un solo lamento que pueda robar al aire el aroma a tierra húmeda. Y es después, cuando llega a su refugio empapada de lluvia, cuando abre los ojos y se desata el corsé que tanto la oprime en el pecho. Y se quita los zapatos, y se borra la sonrisa de los labios, y solo entonces, da rienda suelta a su llanto sin que nadie perturbe su espacio consagrado a la tristeza. Que nadie sepa que sufre, que nadie sepa que es mentira la risa, que nadie adivine su carta de la muerte. Ya no le quedan argumentos con los que poder conciliar el sueño, ni inocencia para vencer a los monstruos. Invoca una canción, como el que invoca una oración a Dios, para pedirle un milagro.

lunes, 12 de julio de 2021

El maligno

 Queridos amigos todos. Aunque no lo parezca, este poema, es un poema de esperanza.

Cuesta comprender que has caído
en una de las muchas trampas de la vida.
Resistirse a los brazos de la muerte
cuando la espada de Damocles ya ha caído.
Y me pregunto si habré sido el mismo diablo
en otra vida,
o si habré herido a alguien
que no me haya perdonado.
Me pregunto, como siempre en estos casos,
si las meigas habrán hecho un conjuro
para que caiga sobre mí tanta venganza,
tanto castigo cristiano,
tanta culpa,
tanto amor abortado,
tanto dolor en las mismas entrañas
que habitan los hijos.
Y como siempre en estos casos, me respondo
que no puedo rendirme,
que no puedo cortarme las venas
y dar la razón al maligno.
Y escribo este poema
y dejo el cuchillo.

martes, 8 de junio de 2021

El número trece

 A mi hijo Lucas, en su catorce cumpleaños. El tiempo pasa tan rápido, que ya ha pasado un año desde que le escribí este poema.

Recuerdo esa edad y esas ganas locas
de echar a volar todas las mariposas
que revoloteaban por mi cuerpo.
Dar por acabada la niñez
sin saber cuánto la echaría de menos
a lo largo de todas las edades
que vendrían después.
Ese mapa virgen donde todo se anotaba
por primera vez;
el primer beso,
el primer amor.
la primera tentación.
Creo que nunca fui tan feliz
como aquel verano de los trece
cuando alguien me dijo “te amo”
y me sacó a bailar en mitad de la pista.
Las primeras promesas a corazón ingenuo
sin saber que podían romperse
de un verano a otro.
Esa edad que cumples hoy,
y que yo todavía recuerdo
lo suficientemente hermosa
como para abrir mi mano
y dejar que vuelen todas tus mariposas,
libres de todos mis miedos,
de todos mis fracasos.
Sé feliz,
es todo cuanto pido al número trece.